Presa del boquerón.
Se desconoce su antigüedad pero es un lugar bucólico que invita a una excursión muy agradable a pocos metros del pueblo y que nos transporta al pasado.
Bordeando el camino nos acercamos a la portada de lo que se cree era otra de las posadas de la ruta real y torciendo a la izquierda bordeando la granja por el camino llegamos a las piedras que conforman la presa del boquerón.
La presa se construyó para remansar el agua del arroyo de la Nava y proporcionar agua para las huertas colindantes en época de sequía
Las piedras ahora dejan pasar el agua en la que crecen las plantas acuáticas formando un hermoso paraje.
Allí se puede encontrar el corujo o boruja, según los lugares, que es una planta acuática comestible muy apreciada por su sabor para ensaladas que sólo se puede consumir antes de que florezca con lo que su periodo de recolección es muy breve.
Si subimos las piedras por la ladera llegamos a un árbol donde se forma un pequeño estanque y sentados en las piedras planas tenemos una pequeña playa donde descansar apreciando la quietud y los sonidos del campo.
Desde esa colina disponemos también de alguna de las mejores vistas del pueblo.
Es frecuente que en el paseo nos acompañen las ovejas y cabras de las granjas vecinas dando un sabor aun más rural a la breve escapada.
Un oasis a 5 minutos del centro del pueblo.
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